Polvorones artesanos

Un elemento que es sinónimo de Navidad por excelencia es el polvorón. Y aquí os voy a contar la receta de los que hacemos en casa cada año por estas fechas. En sí el proceso no es complicado aunque sí un poco laborioso, pero el resultado, si lo comparamos con los comprados no tiene comparación ni en textura ni en sabor, así que animaos.

Ingredientes:

250 gr. de almendra tostada molida ( yo la compro en el mercado semanal de la plaza en un puesto de frutos secos)

750 gr. de harina de trigo tostada 

250 gr. de manteca de cerdo derretida

200gr. de azúcar molido

una cucharada pequeña de canela en polvo.

Almendra molida

Elaboración:

Antes de empezar hay que tostar la harina 

para que los polvorones no sepan a harina cruda una vez hechos. Para ello vamos a poner la harina en la bandeja del horno y la vamos a meter a 100º C durante 1 hora y media en el horno, dando la vuelta de vez en cuando para que pierda la humedad. Va a coger un color ligeramente tostado y lo vamos a notar por el olor cuando ya está lista) Una vez hecho esto,

añadimos todos los elementos secos en un bol grande o la bandeja del horno. Los mezclamos bien entre sí. Echamos la manteca derretida y con la ayuda de una espátula o cucharón de madera mezclamos todo muy bien hasta conseguir una masa uniforme de color ocre, si con la cuchara nos resulta difícil se puede amasar a mano dentro del recipiente sin problema.

Cuando haya enfríado un poco lo extendemos con el rodillo hasta tener una masa de 1 cm de espesor aproximadamente. Y con la ayuda de un cortapastas o un vaso pequeño vamos cortando los polvorones y los ponemos en el papel donde los vamos a hornear (que sea del tamaño de la rejilla del horno o de la bandeja). Con esta masa sale para cuatro bandejas más o menos.

Una vez listos, precalentamos el horno a 180º-200ºC dependiendo de cómo sea nuestro horno, y los horneamos durante 15 minutos aproximadamente. Hasta que estén dorados. Los dejamos enfríar y les espolvoreamos por arriba con azúcar glass.

Con esta receta se obtienen muchos polvorones. Además su conservación es buena, pueden durar hasta un mes sin ponerse rancios, siempre y cuando procuremos guardarlos en cjas de cartón, con papel (sobre una servilleta de papel y cubierta con otra por ejemplo) en un lugar seco y alejado de olores fuertes.

¡Ya me contaréis si os animáis! Y recordad que si tenéis dudas, preguntadme.

¡DULCES Y FELICES FIESTAS!