jueves, 5 de febrero de 2015

Hoy Santa Agueda, la celliscona (pero de verdad)

Plaza de Reinosa hoy a las 16:00
Cinco de febrero, Santa Agueda. También conocida como la celliscona. Y este año ha hecho honor al sobrenombre como nunca. Ha nevado, y cómo. En favor del blanco elemento he de decir que limpia el ambiente, que quedan una fotos chulísimas, que este año (y seguro que alguno más) nos vacuna contra sequías. Es verdad. Como también es cierto que molesta, hace que todo sea más difícil, más lento y más peligroso.
Calle Mayor de Reinosa
Mi coche después de descubrirle un poco
Esta nevada pasará a la historia de nuestro país y de nuestros pueblos. En cuanto pase se convertirá en una infinidad de anécdotas que contar a nuestros amigos y familiares, y todas empezarán con un a mi me pilló en....en alguna parte incluirá vaya la que cayó, llegaba hasta...Yo seré una de ellas, sin lugar a dudas.  Pero por ahora es un manto compacto, espeso, molesto y peligroso. Los servicios de limpieza están desbordados. Aquí, tanto personas como vehículos transitamos por carreteras, que son las únicas por las que se puede circular, y tan sólo las vías más importantes. En este momento siguen cortados los accesos por carretera y autovía tanto a Santander como a Aguilar y meseta. Los neveros y viseras que está dejando este temporal son espectaculares. Para los no expertos una visera es el saliente de nieve que se genera en fachadas y tejados por causa del viento, y pueden ser peligrosos al caer. Un nevero es una acumulación de nieve en un punto donde el viento lo amontona. Rayos y truenos acompañan a los copos que caen sin mesura sobre un terreno ya cubierto, ventiscas que desordenan la nieve a su antojo, temperaturas bajo cero que asientan el manto nivoso y lo compactan...
A este señor me le encontré en la calle ;-)
Siempre me gusta acabar los post con un toque positivo, algo bueno que se pueda extraer, pero hoy, después de una cuatro días fuera de casa, sola, incomunicada, con mi coche sepultado y usando como lavadora el lavabo de un hotel, secando calcetines en radiadores, atestándome en la nieve...me cuesta. Me cuesta estar de buen humor, me cuesta ver el lado bueno. 
Supongo que importa poco, es así y punto. Contra el tiempo no hay quien se ponga. Ahora mismo soy consciente, creo que ya lo era antes, de que no somos Dios. Parece una obviedad, ¿o igual no? Una nevada, que ni mucho menos es un situación extrema, si comparamos con otros fenómenos como huracanes o inundaciones, nos colapsa, nos bloquea y nos devuelve a la realidad. La realidad de que hay algo más grande que todos nosotros, que nos supera y nos condiciona, ponedle el nombre que se os antoje, pero lo cierto es que estar está.
A fin de cuentas, lo que cuenta es del lado que se tomen las cosas, y que no hay mal que por bien no venga . 
Hasta la próxima, que esperemos sea menos fría y blanca ;-) Sed felices!!!


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