domingo, 31 de marzo de 2019

Somos la España vaciada

Hoy no he podido estar en Madrid, me hubiera gustado, la verdad. Por primera vez nos hacemos oír, y puesto que no pude estar con ese mar de rurales (y lo digo como piropo y orgullo, yo también lo soy) aprovecho este blog para unirme a ese grito.

Soy mujer, joven, tengo estudios superiores, y soy de pueblo, todo un honor, debo decir. Mi pueblo, como sabéis, es Foldada. Somos 12 personas viviendo a diario, estamos enmarcados dentro de Montaña Palentina, a 8 km. de Aguilar. Y si bien es cierto que pertenecemos a esa España abandonada, somos unos privilegiados, por que Aguilar está cerca, tiene empleo y está vivo, cuenta con un nivel de natalidad más que aceptable (en comparación con otras zonas de la provincia... )eso sí, no tiene pediatra ( desatención en los servicios, entre otras cosas que forman nuestro día a día).
Dos de los nuevos pobladores de Foldada,
de huebra el pasado año

 A esto hay que añadir que tenemos que oír una vez tras otra frases como tú que eres inteligente y tienes formación qué haces aquí, o no te aburres en el pueblo, (al cual más de una vez se han referido a él como agujero...) incluso dudan de si disponemos de red eléctrica. Tener que escuchar estas cosas me produce vergüenza ajena y demuestra una de las grandes frases de mi abuela, si quieres encontrar ignorantes de verdad vete a una capital.  He de aclarar que esto no es un conflicto entre los de ciudad y los de pueblo, es un problema que nos afecta a todos, por que el alimento se produce en el campo, y todos comemos. Cada vez somos menos, el lugar al que pertenecemos, por familia o por valentía está olvidado. Constantemente los diferentes gobiernos nos prometen servicios, infraestructuras, comunicación etc., pero rara vez se llevan a cabo, mientras soportamos que nos quiten atención médica, social, ocio... siempre por lo mismo, no es económicamente viable, somos pocos... No todo se puede medir en dinero, ni en números,ni en votos, porque nos deshumaniza y nos convierte en bestias capaces de destrozar su propio hábitat y por tanto destruirse a si mismos.  Por otro lado las ciudades se encuentran masificadas, sin arraigo, con un consumismo voraz e irracional, con precios desorbitados en vivienda, contaminación, problemas de seguridad, etc. Es decir, no existe equilibrio y por tanto tenemos un problema, y muy serio además. 


El camino del monte que hemos rehabilitado,
un sitio magnífico para pasear (nosotros y toda la gente que
viene a desconectar)
Somos el 70% del territorio, pero poco importa. Los pueblos amenazan ruina, abandonados por no tener futuro, pero unos cuantos resistimos. Resistimos por que no tenemos muchas de las facilidades que se suponen para un Estado de Bienestar en el que estamos, o eso dicen. 

El Estado del Bienestar lleva implícito el concepto de calidad de vida, es su objetivo final. Es esa calidad de vida lo que perseguimos todos y que sólo se puede conseguir mediante el equilibrio de espacios, de densidades demográficas, de oportunidades y de servicios. 

Nuestra popular de Foldada,
un trabajo de todos que trae cada verano
muchos aficionados al deporte y la
Naturaleza.
Según la teoría de un visionario, emigrado de la ciudad al pueblo, con el que trabajo cada día por mantener viva esta España rural, algún día el flujo cambiará y los pueblos volverán a ser puntos de vida y futuro en detrimento de las ciudades. Francamente espero que tenga razón (suele tenerla). Mientras tanto aquí seguimos al pie del cañón, cada uno con su tierra, sus proyectos y sus raíces, antiguas o nuevas. Ansiosos por recibir nuevos pobladores, y haciendo de estos rincones de Historia, Cultura, Naturaleza y Vida que son nuestros pueblos, apetecibles para todos, los que conocen nuestra realidad y los que no. Lugares donde vivir y dejar vivir, con oportunidades reales para que cese esta sangría. También para combatir la desesperanza de la gente de los pueblos, ya mayor y de mediana edad que no creen que su territorio tenga futuro y animan a los jóvenes a irse, qué equivocados están. Es solo una forma más de agrandar el problema, y algo increíblemente triste. Por todo esto y por mucho más yo elijo pueblo, el mío y el de los demás, porque el futuro lo hacemos cada uno de nosotros cada día, con cada sueño que tenemos. Es decisión nuestra ¿Qué decides?






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